Culture shock

Cosas que llaman la atención de España después de haber pasado una temporadita en Tokyo.


Lo más duro ha sido la vuelta al metro de Madrid. El primer día que entré, me pareció que estaba sucísimo y grasiento. Encima, como en Japón solo iba a horas no-punta estaba bastante más lleno que cualquiera de los que cogí en Tokio. Para colmo, un señor se puso a hablar por el móvil dando voces, muy a la española (en Japón no se puede hablar por el móvil en el metro)... Total, una experiencia religiosa.

En realidad, creo que lo que más llama la atención es la suciedad que reina por aquí y la falta de civismo si nos comparamos con los nipones. En todo Tokyo no vi ni una sola pintada, las calles estaban limpias aunque no hubiera parcticamente ni una papelera y si entrabas en el baño de cualquier bar, por cutre y acabado que fuera, siempre había papel higiénico y estaba impoluto.

Eso sí, las calles tienen nombre.

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El retorno de la jedi

La operación Tokio ha sido un sonado fracaso en cuanto actualización de blog se refiere.




¿Qué decir? Estaba más liada que la pata de un romano dándole al karaoke in the night y al curro durante el día. Pero ya estoy aquí porque ya he vuelto y ahora supongo que un ratito podré sacar para escribir unas líneas...

Pondré unas fotos de las cosas que he visto y hecho. Por ahora os dejo tres modalidades de fiesta a las que asistí.

--> Fiesta en el distrito gay: de fiesta hasta las seis de la mañana. Acabé en una lesbidiscoteca bailando el kokowawa... Inolvidable que te entre una chica ansín...



--> Shabu-shabu + Karaoke: mi primer encontronazo con el "barra libre japonés". Lo peor que existe para un español. Si nos dicen que tenemos que beber y comer todo lo que podamos en dos horas, nos lo tomamos como algo personal.



--> Gengish-Kahn + Karaoke: lo mismo que más arriba, barra libre. Pero esta vez eran noventa minutos, un desafío mayor si cabe. Comes como una autétntica mongola. El grado de sangre en alcohol acaba por resultar mínimo.



--> Banquete festivo con nativos + Karaoke: es cuando te vas con unos oriundos del lugar y tus compañeros a un sitio de dos horas de comer y beber a gusto del consumidor. La gracia está en que la mitad de una mesa no hable el mismo idioma que la otra mitad de la mesa. Acaba siendo el festival del gesto y la pantomima. Al cabo de las dos horas, cada uno habla en el idioma que le apetece.

Bueno, en breve colgaré las fotos.

I will surviveeeee...

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