Costumbres nocturnas I: irse de putos

¿Chico-chico? ¿Chico-chica? ¿Chica-chico?

La cultura nipona se caracteriza por ser un tanto machista, pero, al mismo tiempo es de lo más ñoña...

¿Te has escapado del instituto?

Hablando con españoles emigrados a esta tierras me enteré de una de las curiosas costumbre locales para agasajar a sus empleados. Es típico de la zona irse de cañas con los empleados de tu departamento (quieran o no) y después, las mujeres se van cada una a su olivo y los hombres emprenden esa gran aventura de machotes... Irse a bares de alterne. Al más puro estilo whisqueria de la época de Franco (véanse películas de Paco Martínez Soria) te sientas en un taburete y una serie de señoritas con todo postizo y pelucón vienen a darte conversación. Según mis informates, básicamente te dicen que eres fuerte, inteligente, guapísimo, hablas superbien japonés aunque solo sepas preguntar dónde está el baño y además todas adoran la paella. Lo curioso de estos sitios es que son de mirar pero no tocar (o eso me cuentan)... Vamos que te vas a un sitio más caro de lo normal para que una pilingui más falsa que un duro de madera te de coba. Todo esto, con un jefe que está contentísimo por lo bien que te trata y, encima, el servicio de limpieza de sable no está incluido... Vamos, de gilipollas.

Lo curioso, es que en un movimiento feminista sin par, parece que se han abierto bares de "pilingos". Alguna vez que he acabado en una zona de dudosa moral durante un paseo, he visto los carteles de esos lugares, pero yo pensaba que eran locales de ambiente. Y es que lo que las japonesas consideran atractivo es lo más gay del mundo mundial. Seres imberbes con la

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s cejas hiperdepiladas y pelazos... En fin. Que si quiero que me hable un gayer, ya me voy a Chueca...