jueves, 20 de mayo de 2010

Orgullo y perjuicio

No, no me he equivocado. No es orgullo y prejuicio, sino orgullo y perjuicios para los demás...



La verdad es que no puedo menos que alzar una ceja incrédula cada vez que oigo lo de: "yo es que soy muy orgulloso y no pienso ceder..." como si fuera algo bueno.

Vamos a ver, no es que predique la humildad en el sentido cristiano, no me refiero a la clase de orgullo que consiste en pensar: "¡Qué bonita es mi casa, qué buena estoy, qué tipo tengo!" eso no está mal. Me refiero a la clase de orgullo que no permite rectificar, a cuando dos personas se pelean y no se bajan de la burra porque: "Que dé el primer paso el otro". A gente que se cree demasiado buena para rebajarse a hacer ciertas cosas como pedir perdón. En realidad, lo que se esconde detrás de eso no es más que un miedo descomunal a resultar herido... No es orgullo, es cobardía. Hay que tenerlos bien puestos para intentar hablar con alguien que sabes que muy probablemente te vaya a recibir con un rebufo... No hay nada más fácil obcecarse y nada más difícil que desobcecarse. ¿Orgullo o cobardía?

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