Un infierno de tarifas, usted es un cliente muy antiguo, el plan pipinauer con llamada a tres a las cinco de la tarde si es de tu compañía... O la pesadilla de cambiarse de compañía de teléfono.

Hago una pausa en la serie La batalla del IKEA para comentar lo difícil que están poniendo lo de cambiarse de compañía de teléfono.
Tiempo atrás, decidí cambiarme de contrato a tarjeta porque al final, en realidad me venía gastando unos 20€ en móvil todos los meses y, por lo tanto, tenía sentido. Además, tenía ganas de tener un buen teléfono (una pena que me lo robaran mientras estaba en Noruega). En fin, una triste historia.
Cuando el móvil que me compré para sustituir a mi super-Nokia, un i-love, clon chino del iPhone con espacio para dos tarjetas sim (existe de verdad) se murió, decidí que era el momento de ver si me convenía cambiar de compañía, ya que no tuvieron la decencia de ofrecerme ni un triste teléfono mientras no se me acabó el contrato de permanencia.
Bien, pues ahí me puse a investigar por Internet qué tarifa me saldría mejor, en qué compañía y qué móviles me ofrecían. Pero, las cosas habían cambiado mucho desde la ultima vez que me tuve que dar de alta en una compañía de telefonía móvil. Antes había dos o tres planes por compañía y estaba bastante claro cuál te podría salir más a cuenta. Ahora no, ahora todas ofrecen setecientos planes de descuento que se pueden combinar de ciento siete formas diferentes. De hecho, mientras investigaba por Internet leí que había unas veinte mil combinaciones posibles si se sumaban todas la compañías y planes posibles. De este modo, no es nada sencillo saber qué te conviene más. Por si fuera poco, cada fin de semana o cada mes sacan una promoción o algo, con lo cual estar al día de estos temas es practicamente imposible.
De todas formas después de hacer muchos números (miento, me los hicieron porque soy malísima para las cuentas), de considerar a qué horas hablo más y si mando más mensajes que hablo etc... y tras descubrir que no soy una llamadora compulsiva, con lo que lo de la tarifa plana me la refanflinfaría llegué a a las siguientes conclusiones:
1) Las compañías grandes solo interesan en tanto en cuanto ofrecen unos móviles muy buenos. El precio del móvil lo vas pagando con el contrato de permanencia. Además hay que hacerse un máster de tarifas y asegurarse de que estás sacando el mejor precio posible para no sentirte estafado.
2) Sale mucho más barato te pongas como te pongas hacerse de una compañía virtual tipo Simyo. Eso sí, te quedas sin móvil chulón.
En mi caso, decidí tirar por la vía del medio e irme a Yoigo con tarifa del ocho. Yoigo funciona como las compañías grandes en cuanto a temas de contrato de permanencia y consumo mínimo. Pero tiene unas tarifas claritas y sencillas (sin planes chuchinauer), además da móviles bastante decentes con portabilidad.
Por supuesto, me han llamado de Orange para hacerme una contraoferta. Era bastante jugosa, 40% de descuento durante un año y un movilazo por 9€ y todos mis puntos. Con la contraoferta parecía que podría llegar a ser interesante el asunto, pero solo por no ponerme a hacer cuentas, sigo adelante con mi portabilidad.
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