miércoles, 23 de septiembre de 2009

La Noche en Blanco 2009

La Noche en Blanco, donde no conseguí ni medio punto de cultura pero descubrí "La Pantera Rosa del Rayo"...



Si es que hay gente que no sabe comportarse en los museos...


Mira que todos los años pasa lo mismo y mira que no aprendo... Pero bueno, esta vez sabía a lo que venía. Esta Noche en Blanco quedamos un grupo pintivariado de ciclistas, abogados, traductores y alguno, incluso, las tres cosas a la vez. Además, se trataba de un gupo bastante internacional con representación de Francia, Alemania, Inglaterra, Argentina y hasta Cataluña y Ponferrada. Se suponía que íbamos a ir a la Noche en Blanco. Pero, claro, antes había que cenar, tomarse unas cañitas... En fin.

El periplo empezó en la Plaza Mayor donde podías hacer cola para que te dieran un globo blanco con un mensaje apocalíptico escrito... En nuestro caso, nos tocó la cola de Benjamín Prado, que por supuesto ninguno del grupo conocía. Muy internacionales todos, pero un pozo de incultura...

La frase rezaba algo así como:

Nunca hay que olvidar lo que no ha pasado.

Luego sirvió para que nosotros le diéramos el crédito de grandes versos como:

Al pan, pan y al vino, vino.

Donde hay carne hay alegría.

Y otras que se nos iban ocurriendo sobre la marcha.

Tras hacer nuestra primera cola de la noche para lograr un globo. Esperamos una hora aproximadamente a que llegara todo el mundo, cosa que llama mucho la atención en otras partes del mundo, pero es lo de rigor en España.

Antes de cenar, se terciaba una caña. Globo en mano, bicicleta o bolso, nos sentamos en una terracita (en la que curiosamente había sitio) a tomar unas cañas y unas castizas bravas (que eso también es cultura). Creo que el nombre del bar era "Sierra Morena" o eso nos pareció cuando nos dieron la cuenta. Luego, claro, había que cenar...

Se podía elegir entre ir a tomar un oporto con tostas o un bocata de calamares: propuestas muy culturales ambas. Pero finalmente nos quedamos a medio camino de uno y otro por una callejuela del Madrid de los Austrias donde dimos cuenta de una parrillada de carne y unas tapitas. Proporcionalmente, salió más barato que el "Sierra Morena".

Ya a eso de la 1:30 nos vimos con fuerza para adentrarnos en la marabunta de gente sedienta de cultura que abarrotaba la Gran Vía. Ese fue el momento más cultural de la noche. Básicamente, las fachadas de los edificios estaban iluminadas de colorines... Cultura a cholón.

Al llegar al cruce de Gran Vía con Alcalá, vimos la masa ingente de gente (valga la "rebundancia") que se encaminaba o venía de Cibeles. Dado que habíamos estado a punto de perdernos varias veces, decidimos que ya con las luces de colores de las fachadas habíamos tenido cultura de masas suficiente y que lo mejor era irnos a Chueca a tomarnos otra caña para asimilar los momentos de catarsis cultural que habíamos vivido gracias al ayuntamiento.

Así, acabamos en el bar más cultural de la Noche en Blanco, sin lugar a dudas, "La Pantera Rosa del Rayo" (mini de cerveza 2,50€, no quedaba). Allí vimos unos frescos que ni Rafael en la Capilla Sixtina... Con una Lola Flores en todo lo alto a modo de Virgen María. La crème de la crème. El público internacional estaba extasiado.

Allí estábamos, cual quinceañeros con un mini de sangría en la calle... Hasta que nos dimos cuenta de que había una fiesta en un piso. Lo cierto es que la gente que entraba y salía del edificio iba la mar de elegante, pero nosotros no íbamos a ser menos. Había que intentarlo y colarnos en la fiesta. Así que, ni cortos ni perezosos, nos lanzamos escaleras arriba y con gran arrojo entramos... Duramos como tres segundos. Aunque la avanzadilla ya se había colado hasta la despensa, un señor algo enfadado nos dijo que todos fuera (sería porque nosotras no llevábamos vestido ni taconazos y ellos no eran gayer) ¡pero si traíamos nuestra propia bebida! Vivir para ver.

Poco más pasó en la Noche en Blanco. Aprovechando el horario extendido de Metro hasta las 3 de la mañana (gran idea), nos retiramos a nuestras casas. Henchidos de cultura cervecera y popular, porque de la otra, nasting de plasting. Eso sí, para la próxima sabemos que hay que ir elegantes por si nos queremos colar en alguna fiesta y que se puede encontrar sitio en cualquier terraza algo alejada de Gran Vía.

2 comentarios:

Du Hast dijo...

La cultura cuesta dinero, lo gratis es inculto. Quizá por eso este país está lleno de incultos que se pegan por lo que sea gratis y pasa de largo junto a lo que hay que pagar.

Apunta esta frasecita:
El que quiera peces que se moje el culo.

Anónimo dijo...

Ja, ja... Y el que quiera cerveza barata que vaya a la Pantera Rosa del Rayo.

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