martes, 27 de octubre de 2009

Ceder el sitio en el Metro

Una vez leí en un blog que para volverse invisible en el Metro no hay nada mejor que estar embarazada o ser una abuela...


Hay algunos a los que mejor cederles el vagón...


Sí, reconozcámoslo, parece que lo de conseguir sitio en el Metro es una especie de batalla diaria personal y, cederlo, nos cuesta bastante. Creo que la lectura ha aumentado en el Metro gracias a la gran excusa y técnica de escaqueo que supone tener un libro entre las manos (o un periódico, incluso al revés).

Bueno, en principio hay una serie de asientos reservados para gente mayor, embarazada (generalmente mujeres) y gente con problemas de movilidad. Si te has sentado en uno de esos, lo mínimo es estar pendiente. Si no, usa el sentido común... Recuerda que esa señora podría ser tu madre o tu abuela y a ti te gustaría que le cedieran el sitio.

Luego otro tema es el acertar. Porque a veces no se sabe si alguien está embarazado o es que se ha dado al chorizo y la panceta, cosa fina. Es un tema peliagudo, he de reconocer.

Pero vamos, salvo que vosotros seáis los que vais hasta el cuello de cosas, ceder el sitio de vez en cuando no está mal.

5 comentarios:

Du Hast dijo...

A pesar de ser una persona que por lo general va de pie en el metro, incluso leyendo libros del revés, estoy en completo desacuerdo con la cesión de asiento.

Sabemos que la humanidad no ha sido creada para el cumplimiento de las reglas, pero las acatamos en la mayoría de los casos. Entonces, haciendo uso de esa premisa y del derecho a un sitio habilitado, el embarazada-o, awela-o, redumovil-a o madres-padres que acarrean con el peso de su vastago, es el que tendría que pedir la cesión. No creo que haya mucha gente que se negara ha hacerlo, la cesión se entiende. Y se evitarían los malos ratos que pueden darse al confundir a una embarazada con una aficionada a la comida abundante (creo que ahora lo llaman metabolismo).

Por otro lado ¿cual es el grado de derecho a ese asiento? ¿tendría más derecho un anciano o una embarazada?

Hippeis dijo...

Es otra forma de verlo... Claro, que si tienes derecho a un pollo y alguien se lo está comiendo, no deberías tener que pedirle tu pollo porque es tu derecho.

En fin: ¿qué hacer con esa gente que tiene tres hijos, son de la rumania y van con muletas? Yo una vez, vi a una entrar e iba tan empanada que le iba a ceder el sitio (mira que no darme cuenta que el disfraz de Doña Rogelia era sospechoso). No lo quiso...

Anónimo dijo...

Para aprender de "civismo" no hay nada mejor que irse a un país excomunista (en mi caso Polska) en el que las señoras o te miran de forma inquisidora o te levantan directamente del asiento ... quizá porque vuelven de tomar café (o té) con las amigas, mientras tú te has levantado a las 7 de la mañana, has tenido 6 horas de clase, has trabajado otras 4 y no has comido ... todo es relativo :S

Hippeis dijo...

Mmm...
De ahí que haya asientos reservados. Yo creo que si es un asiento reservado, hay que cedérselo a la abuela de turno aunque se baje en la estación siguiente.

Qué amor tenemos todos (yo la primera) por el asiento de metro...

Du Hast dijo...

Como hay gente que se come pollos ajenos:
Si veo a alguien comiéndose mi pollo (que mal suena eso) efectivamente le digo que no se lo coma o le reviento a ostias, no me quedo mirando a ver si se da cuenta de que es mio y tengo hambre ...

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