jueves, 15 de octubre de 2009

La duquesa de Alba

Apología de Doña Cayetana





Viejunos con pasta se ponen las botas...



A la hora de comer, muchas veces en la cocina de la empresa se ve "Corazón, Corazón" (programazo donde los haya) y es ahí y en la peluquería cuando me entero de las andanzas (aunque sean andanzas a paso de muñeca de famosa) de esta buena mujer.

Esta nobilísima señora ante la cual, si se siguiera un estricto protocolo, debería inclinar la cerviz hasta la Reina de Inglaterra y que tiene más títulos que el catálogo de la Biblioteca Nacional ha decidido echarse un noviete más joven... Mucho más joven...

La gente se rasga las vestiduras, dicen que el tipo es un caradura que solo la quiere por el dinero y demás... Y yo digo: ¡a vivir que son dos días! (literalmente). Nadie se extraña de que Norma Duval esté con un tipo que lleva un gato acostado sobre la cabeza, ni que de que Briatore esté con una modelo a pesar de ser un hortera de cuidado, viejo y gordete... Claro, es que parece tan normal que las mujeres se enamoren de un tipo que es más feo que la suela de un zapato, pero que un hombre se enamore de un adefesio, parece algo imposible. Pues para mí que si Briatore se queda sin pasta, se queda sin modelo... Que no es él el que resulta atractivo, sino el tren de vida que puede proporcionar.

A estos, algunos podrán argumentar: eso Briatore lo sabe pero no le importa porque se está beneficiando a la modelo... Y yo digo: pues a la duquesa de Alba no debería de importarle si le da alegría pa' su cuerpo. ¡Diga usted que sí, doña Cayetana! Páseselo por la piedra (sin romperse la cadera) y si quiere hacerlo heredero... ¡para eso la pasta es suya! Ea.

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