viernes, 3 de julio de 2009

Quejarse




Quejarse no sirve de nada.
Muchas veces hay que elegir entre dos caminos, el fácil o el difícil, y hacer cosas que no nos apetecen. En general, las hacemos porque en el fondo creemos que nos reportan algo. Desde levantarnos por la mañana para ir a trabajar a acompañar a alguien a algún sitio al que no te apetece ir. Si se decide optar por la opción del esfuerzo y la superación, hay que intentar no quejarse. Ha sido muestra decisión.
Diferente es cuando te sucede algo por causas externas, pero, en cualquier caso, quejarse no sirve de demasiado. No va a solucionar el problema que tengas, ni te va a servir de nada. Se podría pensar que sirve como desahogo, pero, en realidad acabas por regodearte en el tema con lo cual mermas tu propia resistencia. Si hay que quejarse, que sea porque realmente merece la pena, quizás así la queja tenga algún valor.

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