viernes, 21 de agosto de 2009

El tercer tiempo



Un martes cualquiera entresemana, profesor de aikido visitante...

Tras una clase de atizarse de verdad (nos pusimos peto y todo para ver si aprendíamos a pegar puñetazos), sales del gimnasio y te vas a tomar una cervecita...

Es en este tercer tiempo, a veces también se aprende. Por fin fuera del tatami, se puede hablar, comentar errores cometidos y dar consejos físicos y metafísicos con tiempo, calma y un zumito de cebada regando el asunto...

También conoces un poco más a ese tipo o esa chica que te acaba de dejar el brazo lleno de moretones... Y está muy bien porque te juntas con gente de muy diverso origen, condición y edad. Gente con la que no se tiene nada en común y gente con la que se tiene mucho en común... Y tu universo humano se expande y ya no solo conoces y crees que el mundo que te rodea es el mundo que hay... Es como ir saliendo de la caverna platónica de tu barrio y, a veces, un viajecito al bar se parece a un viaje al Tíbet, pero mucho más barato.

Eso sí, al día siguiente las ojeras te llegan hasta el suelo...

1 comentario:

Haku dijo...

salu2 buen blog!!! no dejes de escribir, que estés bien!

Publicar un comentario