La batalla del Ikea I

Lunes, 21:00 hora peninsular
Dos aguerridos guerreros se adentran en territorio sueco. Armados con un lápiz, un metro de papel y un plano del laberinto que van a a cruzar, se disponen a realizar un saqueo selectivo de la zona vikinga. Ante todo, solo llevarse lo que pone en la lista, chuminadas, ni una...
Nada más entrar, un ataque de albóndigas suecas pretende distraer a los hambrientos guerreros, pero gracias a unas coloridas colchas que distraen su atención, logran no caer en la tentación de unirse a las hordas bárbaras en un banquete de arenques y platos de nombres impronunciables... Prueba superada.
Se adentran, entre la marabunta de parejas y familias en las entrañas de la bestia.
Comienza la lluvia de nombres desconcertantes: estantería Frungis, colcha Glonders, zapatillas de andar por casa Pikachú... ¡No! ¡No! Hemos dicho que solo lo de la lista de la compra. Ahí está, la estantería Billy, la estantería que media Europa tiene en su casa... Son 9 euros, pero... ¿Para qué narices quieren una estantería Billy? ¿Para integrarse más en la Unión Europea? Billy superado.
Llegan a la zona de camas y colchones... ¡Cielos! Es una masacre... Son las 21:45. Las tropas tienen sueño, la gente se tumba en el colchón Frotis y se ven bajas por doquier... "Este colchón es de corchopán, pero cuesta solo 25 €, ¿nos lo llevamos?" Caen como moscas.

Pero nuestros aguerridos guerreros, llegan por fin a la zona objetivo... Muebles de dormitorio.
Comienzan las divisiones internas... ¿Esto cabe? ¿Es este color? Para mí que es el otro... Con la ayuda del metro y la visión 3D mental por fin se decide una captura. Son las 22:00... Continúa el periplo. 22:15, cambio de opinión... 22:20, no igual no cabía... 22:25 "que sí, que no, que nunca te decides"... Vuelta al territorio conquistado, meditación trascendental... La primera captura es incierta, pero queda apuntado su numerito y coordenadas... O eso creen.
Zona 2: armarios. Ataque informático. Piratean una terminal y consiguen hacer un maravilloso dibujo en 3D del arma-rio que buscan. Precioso, pero hace falta un número... Conclusión siete números de 12 cifras más escritos en un papel medio de plasticucho diseñado especialmente en Estocolmo para que se difumine cualquier cosa que escribas a los tres minutos. Tienen la gama Glouchen de armario con la puerta Olaf y las bisagras Pitusinas. Ya se ha cubierto lo de la lista de la compra... Solo queda salir de allí. ¿Lo lograrán?

Continuará...