martes, 11 de agosto de 2009

Pudor y seducción




Este fin de semana contemplé atónita las costumbres de la "danza del cortejo" de una pobre muchacha. Demostraba claramente que estaba dispuesta y receptiva, pero lo demostraba demasiado abiertamente. Los hombres son unos seres muy extraños. Quieren tener cierta sensación de conquista... Y si se encuentran con que les pones las cosas demasiado fáciles, tienden a asustarse o perderte el respeto. Es decir, a los hombres les gusta pensar que te han conquistado y no que se han liado con una chica que por ella se hubiera pasado por la piedra al primero que pasaba. Suena crudo, pero así es...

En el fondo, no es más que una estupidez porque: ¿por qué no va a tener alguien derecho a querer pasarse por la piedra al primero que pase? Sin embargo, pude comprobar cómo el comportarse así, hacía que los hombres la rehuyeran.

Está claro que una puede coquetear, pero conviene demostrar interés verdadero solo por uno o el banco de peces se espantará cual sardinillas ante tiburón. Lo más que se puede conseguir es un "aquí te pillo, aquí te mato" y a veces ni eso (caso de esta pobre mujer).

Mi consejo para esta muchacha: cálmate; muévete entre varios grupos; no te muestres demasiado "receptiva" y, sobre todo, no te muestres "receptiva" indiscriminadamente. Al final, la seducción se parece a la caza en el caso de los hombres y a la pesca en el caso de las mujeres. Se pone un gusanillo en el anzuelo para que ellos crean que se te han comido... :O)

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