miércoles, 12 de agosto de 2009

Piedad y Poder




Para ejercer la piedad, primero hay que estar en una situación de ventaja sobre la persona sobre la que se ejerce.
Es decir, si vas a partirle la cara a alguien y decides no partírsela, para que este hecho sea un acto de piedad, es necesario que seas capaz de partírsela... Cosa no tan obvia: somos mucho menos fuertes de lo que creemos.
En realidad, la mayoría de las personas de nuestro entorno civilizado del siglo XX, no saben lo que es ejercer la piedad porque no tienen ningún poder. Es decir, si yo no tengo un arma con la que atizarte, no puedo decidir no atizarte por piedad.
Para poder ser piadosos, primero hay que tener poder. Cuando puedes hacer daño a una persona que se enfrenta a ti y decides no hacerlo, eso es mostrar clemencia o piedad. Pero no puedes ir perdonando vidas, si antes no tienes poder sobre ellas. Ojo, el no ir atropellando gente por el mundo con el coche, no es un acto de piedad, es un acto de civismo. Tiene que haber un enfrentamiento previo, que la persona a la que te enfrentas haya tratado de hacerte daño y que tú te encuentres en posición de hacérselo... Reprimirse en ese momento, eso es la auténtica piedad.

En mi opinión, para ejercer la piedad tal y como la entiendo tienes que:

1 - Estar en posición de hacer daño al otro.
2 - Querer hacer daño al otro.
3 - No hacer daño al otro.

¿El señor de arriba, si no disparara, estaría ejerciendo la piedad?


Ich vergebe dir...

1 comentario:

Loulou dijo...

Me cansé de ser tan piadosa, trae pacá el fusil.

Publicar un comentario